sábado, 27 de diciembre de 2008

Dándome cuenta de las cosas

Tengo miedo...
En todo este tiempo he ido descubriendo que mi corazón, a fuerza de sufrir, se ha ido haciendo más y más fuerte, hasta el momento de que a veces me pregunto si su capacidad de sentir es la misma que antes.
Cuando me pasa algo no muy agradable, siento algo en mi interior que me hace hacerme cada vez más pequeña, me hace sentirme indefensa ante el mundo y ante todo lo que conlleva vivir.
Siento el dolor de cada situación pero no me conformo con quedarme ahi parada sintiendo como cada parte de mi se ahoga en lágrimas, decido hacerme fuerte, intento no llorar y buscar solución a todo. Supongo que debe de ser bueno, pero me pregunto si guardar tantas lágrimas no me inundara por dentro de dolor hasta que ya no pueda más y, entonces, esa lágrimas afectaran a las otras personas víctimas de mi explosión.

Intento mantener la calma y no pensar que a todas esas personas, a las que quiero mas que a mi propia vida, puedo perderlas en cuestion de segundos, de palabras.
Necesito sentirme bien sabiendo que voy a tenerlas a mi lado para siempre, que me perdonaran lo que sin querer les haga, que me ayudaran, que me daran cariño cuando lo necesite, que me diran mis defectos y errores y que me ayudaran a levantarme cuando me caiga. Porque eso es lo que yo haria con todos ellos.

Anoche leí algo que habia escrito hace unos dos meses mas o menos y me di cuenta de todo lo que sentia antes hacia cierta persona. Eso me hizo despejar mis ideas y darme cuenta de que siento exactamente lo mismo que sentia hace ese tiempo, pero que ahora, me dejaba ahogar por los problemas que habian surgido y decidí que para ser feliz de verdad, tengo que darle menos importancia a los pequeños detalles, aunque yo sea una de las que cree que la vida esta hecha de todos estos pequeños detalles, pero que le voy a hacer si en mi vida no hay ninguno...


Yo misma.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Construyendo un rincón de mi vida

No se porque, pero me dió por entrar.
Hacia mucho tiempo que no habia estado alli. Estaba oscuro y lo unico que me permitia ver algo era un poco de luz que entraba por la enrejada ventana que habia. La luz debia ser de alguna de las farolas que alumbraba los alrededores porque era de noche y lo unico que se veia, si no estuvieran las luces de la calle, era la preciosa y gigante luna llena que hacia que mirar al cielo fuera soñar.
Andé los pocos pasos que se necesitaban para cruzar el largo de aquel lugar, y llegé a la ventana. Miré al exterior, a traves de ella, y no habia nadie, lo unico que pude sentir fue el frio que fuera hacia y sin saber porque me senté en una de las esquinas del lugar, cerré los ojos y empecé a llorar.
Cuando aún no habia caido ni una de las gotas saladas de la tristeza, se habrió la puerta y entraron dos personas. Eran un chico y una chica. Pensé en levantarme y salir pero no tenia fuerzas y me quedé quieta donde estaba. Ellos ni se inmutaron de mi presencia y se metieron en una de las tres puertas que habia.
Pasaban los minutos, para ellos presiento que muy rapidos pero para mi, cada minuto era una hora o incluso un dia.
Mientras oía como la vida de ellos era tan interesante y emocionante, la angustia me comia por dentro y no sabia que hacer. Habia pasado mas de media hora y los dos enamorados aun estaban detras de aquella puerta, desde la que si no te fijabas no se oia nada.
Volví a cerrar los ojos y de repente miles de imagenes y sonidos empezaron a rondar por mi cabeza...Dos corazones que latian al mismo tiempo, abrazos, caricias, besos, miles de sensaciones que jamas habia sentido y que en ese momento sentí, pues yo no estaba sentada en aquella esquina.

Yo misma.